domingo, 21 de febrero de 2010

Hace unos años nos enojamos, nos entristecimos y lloramos con la muerte de Mufasa, en "El Rey León". Nos alegramos cuando Cenicienta se hizo princesa, la Bella se casó con la bestia, y cuando Jasmine confió en Aladdin.
Actualmente, queremos que el protagonista muera porque sino es demasiado predecible, y las comedias románticas que terminan bien nos parecen tontas.

2 comentarios:

  1. Supongo que son las consecuencias de crecer y darnos cuenta que todo no es tan bonito como lo pintan. Aun así debemos mantener la esperanza en que aunque las cosas se tuerzan llegará un momento en que todo vaya a mejor.

    La esperanza es lo último que se pierde, no?

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