jueves, 21 de enero de 2010

Odio a Pepsi. Odio su patético slogan. Y odio tomarla y seguir sin animarme a nada...
Tomar Pepsi no me ayudó a decirle que me encanta como me habla y que desde que nos dijimos todo no puedo dejar de pensar en él.

Yo le quería decir que nos veamos. Pero no pude.
Tantas cosas quise decir tantas veces y no pude...
Lo que pasa es que soy muy inexperta en ese campo...
No se de qué campo hablo, pero de ése. De cuando quiero decirle lo que me pasa con él y no me sale. De cuando quiero decirle sutilmente que lo quiero ver porque sino lo extraño. En ese campo soy inexperta.

Capaz el problema no sea la poca experiencia y/o capacidad, sino que soy demasiado tímida. Aunque nunca me pareció que ser tímida sea un defecto tan grande...
A mí no me molesta ser tímida. A veces hasta me hace sentir orgullosa...
Porque si no lo fuera, andaría por la vida llamando la atención de los hombres de forma indecente y diciendo cosas fuera de lugar. En cambio, yo no me animo ni siquiera a mandarle un mensaje de texto porque siento que soy pesada, o a veces hasta porque no me animo.

Capaz el problema no sea ni uno ni otro... sino que soy demasiado insegura. Y no me siento merecedora de nada ni de nadie... Entonces, lo más probable es que su respuesta sea negativa...
Entonces... ¿Para qué me voy a gastar en averiguar si me quiere ver? Si quiere hacerlo, va a encontrar la manera... Y yo voy a estar dispuesta a darle mi Sí con todas mis ganas.

El problema es cuando llega el momento en el que yo también tengo que hacer algo por el otro...
Cuando mi falta de seguridad es, en realidad, percibida como falta de interés. Y termino sin el pan y sin la torta.

Y para no quedarme vacía... vacío la heladera... y ahí ya puedo sentirme llena. O ballena. Una de dos...

viernes, 15 de enero de 2010

Yo creo que una relación que termina, no puede terminar bien... nunca. Es imposible quedar como amigos.

¿Por qué?

Porque entonces nunca hubo pasión.

jueves, 14 de enero de 2010

Es increíble pensar que las acciones que ejercemos cada segundo podrían cambiar el resto de nuestras vidas.
Y me refiero a elecciones pequeñas, sin importancia. Como tomar café o té. Porque ésto después puede desencadenar una falta del producto, lo cual me puede llevar al supermercado, y puede causar un encuentro casual.

Si algo tan pequeño puede cambiar tanto... a la hora de elegir cosas realmente importantes, ¿Cómo es posible no sentirse presionado? ¿Cómo hace la gente para no darle tanta importancia? ¿Cómo hacen para que la distancia entre un y un no, no sea tan gigantezca?

Yo realmente no puedo. Me gustaría enormemente pensar menos. Me gustaría poder arriesgarme por lo que siento en el momento. Y ni siquiera... porque hablar de sentimientos hace que pase a tomar importancia. ¿Por qué no puedo guiarme por una intuición? ¿Por qué tengo que tener todo tan planificado siempre?

Me cansé de jugar a la vida como si estuviese jugando un partido de ajedrez. Me cansé de los juegos, de los planes, de pensar y pensar. Me cansé de las preguntas y repreguntas sobre por qué las cosas suceden como lo hacen.

Es así, y punto. No se puede hacer nada al respecto. Lo que puedo elegir, es como vivirlo.
Qué dificil es ser mujer.
Y más aún, comportarse como tal.

Una mujer no tiene que parecer una dama, tiene que serlo.
Da la casualidad que siempre a estas alturas del mes me encuentro más inspirada.
Las hormonas se alteran, todo parece más terrible y mi tolerancia baja a cero.

Siempre defendí la postura femenina. Siempre creí que ser mujer está bueno.
Yo amo ser mujer. Amo todas esas cosas que muchos definen y determinan como negativas.

Hoy, a días de seguir siendo mujer, acepto que me molesta.
Lo acepto, y acepto que me gustaría poder evitar esta alteración hormonal que hace el triple de melodramática mi -ya dramática- visión del mundo, y de los habitantes del mismo.
¿Desde cuando todo se trata de juegos y guerras de poder?

martes, 12 de enero de 2010

Me gustaría ser un poquito menos neurótica...
Una vez leí que la independencia no es una elección, sino que estamos determinados a ello. Que es un modo de defensa contra la -en realidad- soledad, en la que nos encontramos sumergidos.

Animarse a más

En una de esas... si empiezo a tomar Pepsi... me animo a más.
Algo tiene que funcionar.

Yo escribo...

Yo escribo para descargarme.
¿Y qué tiene si es muy real lo que digo? Es mío.

Eso es lo bueno de los Blogs. Uno puede hacer y decir lo que se le dé la gana.

Me gustaría ser así de 100% dueña de mi vida.

Aunque a la vez... ahora que lo pienso... demasiada independencia a veces es sinónimo de soledad. Y a mí la soledad no me sienta bien.

domingo, 10 de enero de 2010

- Hiciste lo correcto.
- ¿Entonces por qué me siento tan mal?
- Hacer lo correcto requiere coraje y fuerza. Al menos es lo que escuche...
"Nosotros hacemos nuestra propia fortuna y después le llamamos destino. ¿Y qué mejor excusa para elegir un camino que insistir en que es nuestro destino?"
"Se sentía fantástico. Y extraño...
Y mal."