domingo, 13 de diciembre de 2009

Soy una persona que le cuestan mucho las despedidas. Pero no porque me pongan mal, como a alguna gente. Ojo, no quiere decir que no sea así. No me gusta que los momentos se terminen. Pero más específicamente me cuestan porque no sé comunicarlo verbalmente. No sé decir “chau”. No sé decir “¿Vamos?”. Siento que suena agresivo. O suena que no estoy disfrutando del momento, y no quiero transmitir algo irreal.

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