miércoles, 13 de julio de 2011

Sabías ser

Sabías ser mi compañero de trasnoches y desvelos.
Sabías ser la calma, sabías ser mi caos.
Sabías ser sofisticadamente siniestro.
Sabías desnudarme, sabías vulnerarme.

De pronto no sabías nada
y era yo quien tenía que cuidarte,
quien tenía que guiarte,
quien tenía que entenderte.

Quien pudiera comprender la dicha
y la desdicha de tenerte en mi vida.
De compartirtela, como te compartí mi cuerpo,
y tanto uno como otro no te alcanzan.

No te alcanzan para ver
que quererte me hace vulnerable ante tus ojos
y los míos y los de cualquiera.
Y que esa vulnerabilidad no nos permite ser.

Que ser es mucho más que estar,
y que somos es mucho más que ambas.

Que hasta que no lo veas como un todo
y no como partes fragmentadas
vamos a seguir lastimándonos dulcemente
y jugando a vivir como dos desconocidos.

Sabías ser mi cómplice, sabías ser testigo.
Sabías ser las dos caras de una misma moneda.
Paradoja estimulante de estar, inalienablemente,
condenada por tus ojos que me juzgan sin saberlo.

2 comentarios:

  1. ''Que hasta que no lo veas como un todo
    y no como partes fragmentadas,
    vamos a seguir lastimándonos dulcemente
    y jugando a vivir como dos desconocidos.''

    ResponderEliminar