Me parece demasiado radical lo que has dicho. Como pasarse de un extremo al otro.
Lo que señalas es una parte de ese todo, de la persona. Sin esa parte la imagen que uno tiene de si mismo es una mentira, solo falsedad; muy inoperativa, además. Pero esa parte no es tampoco nada sin la otra.
Somos todo lo que somos; no la parte bonita, ni la parte fea si no aquello que hace ser ambas partes, la que les da sentido y hasta hace que con frecuencia no existan las fronteras entre ambas.
Sin embargo los "defectos" o lo que se sale de lo estandarizado como "normal" es, gralmente, los que nos da identidad. Uno se enamora de los defectos, de lo "no común". Sacale eso a una persona que te atrae, y es nada, no te atrae más. Por algo te enamorás de esa persona, y no de otra... Por los detalles.
Mmmm...
ResponderEliminarMe parece demasiado radical lo que has dicho. Como pasarse de un extremo al otro.
Lo que señalas es una parte de ese todo, de la persona. Sin esa parte la imagen que uno tiene de si mismo es una mentira, solo falsedad; muy inoperativa, además. Pero esa parte no es tampoco nada sin la otra.
Somos todo lo que somos; no la parte bonita, ni la parte fea si no aquello que hace ser ambas partes, la que les da sentido y hasta hace que con frecuencia no existan las fronteras entre ambas.
O eso pienso.
Sin embargo los "defectos" o lo que se sale de lo estandarizado como "normal" es, gralmente, los que nos da identidad.
ResponderEliminarUno se enamora de los defectos, de lo "no común". Sacale eso a una persona que te atrae, y es nada, no te atrae más. Por algo te enamorás de esa persona, y no de otra... Por los detalles.