martes, 9 de agosto de 2011

Preciso advertirte

Si nos vamos a seguir viendo, creo que deberías saberlo.
Es justo que te enteres antes de que sigas avanzando que no soy normal ni intento serlo, que vivo de manera inconexa y que no me fijo en los parámetros de lo que "se debe". Que aunque mis formas puedan ser percibidas como desordenadas, me dejo llevar por lo que siento sin pensar en que se camina con los pies sobre la tierra. Que para mí la realidad no es ésto sino lo que siento cuando me besás, cuando me hacés una caricia o cuando te veo esperándome al otro lado de la avenida. Que no creo en las imposibilidades, sino en la gente incapaz de luchar por lo que quiere. Que me encanta compartirte mi tiempo y espacio, pero también necesito quedarme algo de eso para mí. Por eso, de vez en cuando, puedo tirar una bomba de humo y desaparecer. No es personal, es sólo que soy un poco solitaria. Y disfruto de serlo, me resulta esclarecedor.
Que siento que mirar a los ojos es mirar al alma, y que me gusta descifrar a la gente en silencio, observarlos, ver como reaccionan. Que después de cada cita, me miro al espejo del viejo ascensor de mi edificio mientras subo los trece pisos hasta mi departamento, y descubro siempre una sonrisa. Que esa sonrisa es la que no me deja esperar hasta el otro día para contarte lo feliz que me hacés. Que no voy a permitirte no alcanzar tu máximo potencial en todas las áreas de tu vida. Que no hay nada que me enamore más que ver a alguien ser tan bueno como puede serlo. Que puedo hacerte preguntas de lo más absurdas simplemente para no quedarme con una duda. Que puedo incomodarte con ellas o con pensamientos dispersos que sin filtro alguno paso a relatarte. Que te voy a exigir, en algún momento, que aprendas a escuchar el silencio, la lluvia o el viento.

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