martes, 31 de agosto de 2010

Cambio de zapatos

Lo que me entristece no es la falta de empatía. O sí. Pero lo que realmente me hace mal, es que no te importe no tenerla. Que tu falta de empatía, tu poca sensibilidad para con el estado del otro, sea usado de excusa para no estar cuando se te necesita.
El enojo y la pelea, por lo general no son las formas más adecuadas de acercarte a alguien, de hacerle saber que querés acompañarlo en el mal momento. Por el contrario, alejan.

¿O vos creés que a mí me es fácil decodificar tus sentimientos? A mí también me cuesta acercarme a vos cuando estás mal. Y no me gusta que me trates mal, que me ataques cuando no te digo lo que querés escuchar. Me cuesta ser sutil y que no te sientas agredido.

Nadie se siente del todo cómodo anteponiendo las necesidades del otro, a las propias. Da satisfacción, claro que la da. Eso no quiere decir que no conlleve esfuerzo...

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