sábado, 28 de agosto de 2010

ABC

Constantemente buscamos cosas que confirmen la percepción que tenemos del mundo.
A veces son objetos, a veces son lugares, a veces son momentos, a veces son personas...

Cuando uno está enamorado, suele idealizar a la persona que tiene enfrente.
Ésta parece ser perfecta, totalmente poseedora de virtudes...
Hasta aquellas cosas que pueden llegar a ser tomadas como defectos, son transformadas en patrones de orgullo y admiración.
Resulta imposible, cuando uno está enamorado, ver la realidad tal como es.
En realidad resulta imposible ya de por sí. Imaginemos, cuánto ésto se acentúa, si le sumamos una total pérdida de la racionalidad...
Uno suele sentirse poco con respecto a esta figura. Resulta raro pensarse merecedor de tal perfección...
"Qué habrá visto en mí?", puede ser uno de los muchos interrogantes a surgir...


Replanteando que uno busca en la realidad aquello que confirme nuestras creencias, no resulta tan ilógico que los amores más escandalosos sean justamentamente los que no podemos tener.

Porque, paradójicamente, ésto confirma lo absurdo que resulta que esta persona, poseedora de tales atributos, nos elija.

Y, yendo un poco más allá, ésto también podría explicar como a veces autosaboteamos nuestras propias relaciones...


Las personas tienden a abstraer la información que confirma sus creencias, y desatender a lo demás.
Es un circuito, no tiene fin. Muchas veces distorsionamos la realidad en función de que coincida con nuestra forma de pensar.
Ante esto, surgen emociones y sentimientos, que nos llevan a actuar conforme a todo esto. Lo que vuelve a confirmar nuestras creencias...

1 comentario:

  1. Pienso igual que vos, cada uno atrae a su polo parecido, atraemos lo que somos.

    Un abrazo

    Kosmisch

    http://pensamientosenelahora.blogspot.com/

    ResponderEliminar