sábado, 1 de mayo de 2010

Soy mucho más irritable, rencorosa y envidiosa de lo que creía. También tengo poca tolerancia a la frustración, y los golpes al ego me deprimen.
Escondo mi baja autoestima con excesos de bijuterie berreta, minifaldas demasiado cortas para una dama y tacos que la mayoría de las mujeres no soportaría.

Decidí dejar de tomar alcohol.
Decidí dejar de hablar y quejarme tanto, y hacer algo al respecto.
Decidí dejar de preocuparme tanto por las cosas, y empezar a ocuparme.

Mis crisis existenciales tomaron un receso. Hoy sé bastante bien quien soy, y como soy. De lo que no estoy segura es de estar conforme con eso... Pero no importa. Porque soy la única que puede llevar las riendas de mi vida. Y lo que me depare... puede que dependa un poco de la suerte. Pero creo que más específicamente, depende de la persona en la que me estoy convirtiendo.

Y como dueña de ella, ando con ganas de hacerme responsable y dejar de pensar que en algún momento todo se va a solucionar...
Con el tiempo, con las distancias, con los acercamientos...

No. La vida no funciona así.

¿Tenés muchas cosas para hacer? ¿Te asfixian tus responsabilidades? ¿Sentís que no das más? ¿Que conlleva demasiado esfuerzo? ¿Sufrís de disconformidad crónica?
¿De qué te quejás?
¿A vos cómo te dijeron que era la vida?
La vida es esto.
Estás tan preocupado por cumplir con los miles de objetivos (la mayoría incumplibles) que te proponés, que no terminas dedicándote a nada de lleno. Y no lo disfrutas.

Puede tener sus altibajos. Claro que sí.
Puede que los bajos nos encuentren en medio de una depresión. Sí, también puede.
No somos menos por estar tristes o enojados, o disconformes con algún aspecto.
Somos menos cuando la insatisfacción es constante.
Somos menos cuando no podemos entender que no es fácil. Que es difícil. Que un tropezón no es caída y que todavía te queda por vivir el resto de tu vida. Y que con esa parte todavía podés hacer algo (porque la otra, la que ya tenés vivida, ésa no hay manera de cambiarla).

2 comentarios:

  1. Hoy te hiciste de una gran admiradora, me agacho y me saco el sombrero ante tus palabras. Q describen tan bien lo que me pasa, lo que te pasa, lo que nos pasa...

    ResponderEliminar
  2. Lo del cambio está muy bien, pero la bisuterie berreta, las minifaldas, los tacos altos y el alcohol suenan demasiado bien como para cambiarlos...

    ResponderEliminar