Las mujeres crecemos creyendo que algún día vamos a conocer a alguien increíble y tener nuestro propio final feliz. Que algún día va a llegar nuestro príncipe azul. Que el sapo se va a convertir en príncipe y vamos a vivir felices por siempre.
Vivimos esperando por ello... que el odio se convierta en amor, la indiferencia en pasión.
Creemos que en algún momento va a llegar el giro del tercer acto, la inesperada declaración de amor.
Pero, a veces, estamos tan focalizadas en encontrar nuestro final feliz, que no aprendemos a diferenciar aquello que realmente vale la pena de aquello que no.
geniaaall! es la trsite verdad
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