Hoy vi "Belleza Americana".
Crisis: peligro y oportunidad.
Las crisis hacen que la vida se resignifique.
Y ésto puede tener una resolución positiva o negativa.
Permite integrar el pasado y el futuro.
Se pone en juego la identidad. La persona se siente desvalida. Cambia el sostén.
Ante la crisis, se dan dos estados, los cuales alternan. El estado depresivo (en el cual la vida pierde sentido, hay un encerramiento total), y un estado maníaco (la muerte no existe).
Una resolución positiva, sería un equilibrio entre ambos. Lo depresivo, relacionado con la aceptación de las cosas, la resignación constructiva; y lo maníaco, como motor de energía.
En función de las primeras experiencias vividas, de las etapas anteriores y a partir de como hayan sido resueltas estas ansiedades, se va a dar la resignificación de la nueva etapa.
La posibilidad de recrearla de manera escultórica, dependerá de la estructura que traiga la persona por las experiencias anteriores (en la medida en que no tenga demasiadas asignaturas pendientes).
Ufffh...
ResponderEliminarMe temo que esas estructuras de las que hablas me han permitido llegar hasta donde llegue, cierto...
Pero...
Ya no queda nada de todo aquello. Y, por lo tanto, en mis circunstancias, encontrarme con un blog como el tuyo es como encontrarse con una sonrisa cuando uno menos se lo espera. Me hace mucho bien.
P.D.: Me duele que consideres tu blog patético (o, eso afirmas un poco más abajo)
Jaja hoy no lo considero así. Si lo hiciera, ya lo hubiese abandonado hace tiempo.
ResponderEliminarSeguramente cuando lo escribí estaba pasando, paradojicamente, por algún tipo de crisis... probablemente alguna de identidad.
El blog es tan mío, y me veo tan reflejada en él, que resulta fácil proyectar mis miedos, ansiedades, frustraciones y expectativas...
Gracias por pasar, comentar y las buenas vibras!
ResponderEliminarYo siempre pensaba que las crísis eran -por definición- temporales. Y como tales, debian tener una definición (como vos decis) positiva o negativa.
ResponderEliminarA esta altura, tan acostumbrado a vivir en crisis, ya no se si es una sola que dura años o una larga sucesión de pequeñas crisis tan pegadas que se confunden unas con otras.