lunes, 4 de octubre de 2010

Yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos

Es escrupulante leer que alguien escribió algo tan similar, y al borde de igualar, los pensamientos que alguna vez tuviste.
Esos pensamientos que parecen ser grandes hallazgos extraordinariamente originales, ahora escritos por la mano de otra persona...

Es uno de los peores robos; robarte un pensamiento.

En éste instante me pongo a hacer memoria si lo publiqué alguna vez. Lo busco entre mis entradas y borradores. Pero no. Simplemente no somos tan únicos.

4 comentarios:

  1. Ese sentimiento (el de no ser tan únicos) tiene bastante de angustiante, pero también es un buen freno para la dramatización.

    A veces, cuando me veo demasiado centrado en mi mismo, me pongo a pensar en la ridícula cantidad de gente que habita y habitó este planeta. Al principio me da vértigo, pero después mis problemas, mis enojos y mis seguridades se relativizan.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente. Vaso medio lleno!
    Cuando lo escribí había aclarado que no ser únicos no es algo necesariamente negativo, pero me pareció mejor dejarlo a libre interpretación jaja Que bueno que lo hayas entendido así!

    ResponderEliminar
  3. Lo vuelvo a leer y pienso que es bastante loco esto de la originalidad en el pensamiento: hay "verdades" que alguien descubre de nuevo cada cinco minutos desde hace miles de años...

    ResponderEliminar
  4. Jaja creo que en parte eso es lo que las hace "verdades".

    ResponderEliminar